Bernardí Roig nació en Palma de
Mallorca, España en 1995.El artista normalmente vive y trabaja entre Madrid y
Binissalem, Mallorca.
Este artista multimedia hace
bocetos para explorar la escultura, la fotografía y el vídeo. Roig explora la
representación del cuerpo, usando materiales como el fuego y sus derivados el
fresno el carbón y la madera quemada.
Bernardí Roig está obsesionado
con la muerte y la inmortalidad, con la estética y el erotismo y con la “idea
fija” de que el hombre como ser pensante debe recuperar su capacidad de relacionarse
con los demás con un cierto nivel de intimidad. Se ha saso cuenta de que para comunicarse verdaderamente, se necesita un diálogo de más que palabras
habladas.
Roig habla con el espectador a
través de su hombre solitario; el cuerpo humano y sus símbolos reflejan el
significado de la vida para él mismo. Él nos fuerza a confrontar nuestros deseos:
el concepto humano del progreso y el cambio social, el cual permanece
incumplido. Con estos ilusorios e indefinidos objetivos, el artista invita a un
diálogo entre las diferentes identidades del hombre contemporáneo, visto a la luz del arte y la filosofía. Cada
individuo trabaja el arte explorando sus propias cuestiones filosóficas pero,
en su totalidad, pueden aprovecharse como una secuencia formando una historia.
El fuego en la escultura de Roig
arde en lo profundo de la mente del sujeto. Este hombre sabe lo que ha perdido
y, aún poseyendo la memoria de la cultura
y la curiosidad intelectual, se aferra a la esperanza de su recuperación.
Nuestros recuerdos son a menudo
nublados con carga emocional; cada espectador trae sus propias experiencias a estas
obras y por lo tanto los cambia para siempre.
Sus obras de arte están abiertas
a la interpretación personal y a la comunicación no verbal; es esto lo que
persiste en el ojo de nuestra mente mucho después de que las obras están fuera
de la vista.
Para Roig, el deseo es lo único
que mantiene a la muerte con los brazos extendidos. Es esta una prueba tangible
de que estamos aquí, luchando por lograr una mayor conciencia, que desafía el
vacío de sentido que existe en una gran parte del arte actual.
Para Bernardí Roig, la iluminación de los fluorescentes es
un guiño al minimalismo de los años 60 de reducir todo a lo esencial, también
una manera de incidir en el dolor representado, de acentuarlo con estas luces
de neón. Todas sus figuras de ojos que no quieren ver la luz es análoga a la
alegoría de la Caverna de Platón, donde llevados por nuestros sentidos
engañosos solo vemos sombras, no alcanzamos la verdad y solo el filósofo es
capaz, a través de la razón, de llegar al conocimiento, al mundo inteligible.
Su obra está cargada de mitos, metáforas, de mucha profundidad y conocimiento
del ser.
En el territorio de Benardí Roig: http://www.rtve.es/alacarta/videos/atencion-obras/territorio-bernardi-roig/2401603/
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