Salvador Felipe Jacinto Dalí i Domènech, marqués de Dalí de
Púbol, fue pintor, escultor, grabador, escenógrafo y escritor español del siglo
XX. Se le considera uno de los máximos representantes del surrealismo.
Nació en Figueras el 11 de mayo de 1904, y era el mediano de
tres hermanos. Su hermano mayor, también llamado Salvador, había muerto de un
«catarro gastroenterítico infeccioso» unos nueve meses antes de que el naciera
(el 1 de agosto de 1903). Esto marcó mucho al artista posteriormente, quien
llegó a tener una crisis de personalidad, al creer que él era la copia de su
hermano muerto. Su padre era
abogado de clase media, y notario. Con
cinco años, sus padres lo llevaron a la tumba de su hermano y le dijeron que él
era su reencarnación, una idea que él llegó a creer. De su hermano, Dalí dijo:
...nos parecíamos como dos gotas de agua, pero dábamos
reflejos diferentes... Mi hermano era probablemente una primera visión de mí
mismo, pero según una concepción demasiado absoluta.
Dalí también tuvo una hermana, Ana María, cuatro años más
joven que él. En 1949 ella publicó un libro sobre su hermano, titulado Dalí
visto por su hermana.
En 1916 descubrió la pintura contemporánea durante una
visita familiar a Cadaqués, donde conoció a la familia de Ramón Pichot, un
artista local que viajaba regularmente a París, la capital del arte del
momento. Siguiendo los consejos de Pichot, su padre lo envió a clases de
pintura con el maestro Juan Núñez. Al año siguiente, su padre organizó una
exposición de sus dibujos al carboncillo en la casa familiar. En 1919, con
catorce años, Dalí participó en una exposición colectiva de artistas locales en
el teatro municipal de Figueras y en otra en Barcelona, auspiciada por la
Universidad, en la que recibió el premio Rector de la Universidad.
En 1919, cuando cursaba sexto de bachillerato en el
instituto Ramón Muntaner, editaron entre varios amigos la revista mensual
Studium. Había ilustraciones, textos poéticos y una serie de artículos sobre pintores
como Goya, Velázquez o Leonardo da Vinci.
En febrero de 1921 su madre murió a consecuencia de un
cáncer de útero. Dalí tenía 16 años. Sobre la muerte de su madre diría más
tarde que fue «el golpe más fuerte que he recibido en mi vida. La adoraba. No
podía resignarme a la pérdida del ser con quien contaba para hacer invisibles
las inevitables manchas de mi alma...». Tras su muerte, el padre de Dalí
contrajo matrimonio con la hermana de su esposa fallecida. Dalí nunca aprobó
este hecho.
En 1922 Dalí se alojó en la célebre Residencia de
Estudiantes de Madrid para comenzar sus estudios en la Real Academia de Bellas
Artes de San Fernando.
En 1929 Dalí colaboró con el director de cine Luis Buñuel,
amigo de la residencia de estudiantes, en la redacción del polémico
cortometraje Un chien andalou, en el
que se mostraban escenas propias del imaginario surrealista. Dalí afirmó haber
desempeñado un papel esencial en el rodaje del film, sin que este extremo se
haya visto confirmado por la historiografía del arte contemporáneo. En agosto
de ese mismo año conoció a su musa y futura esposa Gala.
En 1931 Dalí pintó una de sus obras más célebres, La
persistencia de la memoria (Los relojes blandos), obra en la que según algunas
teorías ilustró su rechazo del tiempo como una entidad rígida o determinista.
Esta idea se ve apoyada por otras imágenes de la obra, como el extenso paisaje,
o algunos relojes de bolsillo devorados por insectos. Los insectos, por otra
parte, formarían parte del imaginario daliniano como una entidad destructora
natural y, tal como explicó en sus memorias, venía determinada por un recuerdo
de infancia.
En 1940, con la Segunda Guerra Mundial arrasando Europa,
Dalí y Gala huyeron a los Estados Unidos, donde vivieron durante ocho años.
También escribió una novela, publicada en 1944, sobre un
salón de moda para automóviles. De ahí surgió una caricatura de Erdwin Cox, del
The Miami Herald, que presentaba a Dalí luciendo un automóvil como vestido de
fiesta.
En esos años, Dalí diseñó ilustraciones para ediciones
traducidas al inglés de clásicos como El Quijote, la autobiografía de Benvenuto
Cellini y los Ensayos de Michel de Montaigne. También aportó decorados para la
película Spellbound de Alfred Hitchcock (conocida como Recuerda en España,
Cuéntame tu vida en Argentina), y emprendió con Walt Disney la realización de
una película de dibujos animados, Destino, que quedó inconclusa y que se montó
en 2003, mucho después del fallecimiento de ambos.
En 1980 la salud de Dalí se deterioró seriamente. Con su
mujer, Gala —que ya manifestaba síntomas de senilidad—, supuestamente consumió
un cóctel de fármacos que dañó seriamente su sistema nervioso, con la
consecuencia de incapacitarle prácticamente para la creación artística. Con 76
años, el estado de Dalí era lamentable, y su mano sufría constantes temblores
que evidenciaban el progreso de la enfermedad de Parkinson.
El 23 de enero de 1989 murió a causa de una parada
cardiorrespiratoria en Figueras, con 84 años, y cerrando el círculo fue
enterrado en la cripta de Figueras, situada en su casa-museo.
Salvador Dalí es conocido por sus impactantes y oníricas
imágenes surrealistas. Sus habilidades pictóricas se suelen atribuir a la
influencia y admiración por el arte renacentista. También fue un experto
dibujante. Los recursos plásticos dalinianos también abordaron el cine, la
escultura y la fotografía, lo cual le condujo a numerosas colaboraciones con
otros artistas audiovisuales. Tuvo la capacidad de acrisolar un estilo
genuinamente personal y palpable al primer contacto, que en realidad era muy
ecléctico y que «succionó» de innovaciones ajenas. Una de sus pinturas más
célebres es La persistencia de la memoria, realizada en 1931.
Como artista extremadamente imaginativo, manifestó una
notable tendencia al narcisismo y la megalomanía, cuyo objeto era atraer la
atención pública. Esta conducta irritaba a quienes apreciaban su arte y
justificaba a sus críticos, que rechazaban sus conductas excéntricas como un
reclamo publicitario ocasionalmente más llamativo que su producción artística.
Dalí atribuía su «amor por todo lo que es dorado y resulta excesivo, su pasión
por el lujo y su amor por la moda oriental» a un autoproclamado «linaje
arábigo», que remontaba sus raíces a los tiempos de la dominación árabe de la
península ibérica.
La actividad artística de Dalí no se limitó a la pintura.
Algunas de sus obras más populares son esculturas o ready-mades, y también
destacó en sus contribuciones al teatro, la moda y la fotografía, entre otras
disciplinas artísticas. Dos de los artefactos surrealistas dalinianos más
notables fueron el Teléfono-langosta y el Sofá de los labios de Mae West
(realizados entre 1936 y 1937). El artista y mecenas Edward James encargó estas
piezas a Dalí. James había heredado a los cinco años de edad una gran parcela
en West Dean (Sussex, Inglaterra), desde donde alentó la producción surrealista
a lo largo de la década de los 30.
Entre 1941 y 1970 Dalí se dedicó al diseño de joyería, hasta
un número de 39 piezas en total. Las joyas creadas, de intrincado diseño, integraban
partes móviles.
Dalí también colaboró en la creación teatral. En 1927 diseñó
la escenografía para la obra de Lorca Mariana Pineda.
Una curiosidad de la obra de Dalí es su incursión en las
Fallas de Valencia con el diseño de una falla. Se trata de la plantada por la
comisión de El Foc en 1954, cuyo lema era La corrida de toros surrealista.
Construida por el escultor Octavio Vicent con no pocos problemas técnicos, fue
muy criticada por el mundo fallero por la ruptura estética y conceptual que
supuso.
Inspirada en su obra plástica, de la cual retoma varias
imágenes, la producción escultórica de Salvador Dalí comprende series diversas.
Una de las más famosas es la encargada por su amigo Isidro Clot, compuesta por
44 piezas (Colección Clot). Esta es la última etapa de producción del
surrealista español.
La técnica usada por Dalí para la elaboración de sus
esculturas era el wax, un modelado en cera en miniatura, el cual era mandado a
fundidores para la realización de un original múltiple. La razón de esto es que
Salvador Dalí propiamente no era escultor, ni tenía un taller de escultura. Las
etapas de este proceso pueden apreciarse en Memoria de los Sueños. Salvador
Dalí, 1904-1984, editado por el Consorcio de Museos de la Comunidad Valenciana.
Al igual que su pintura, las esculturas de Dalí corresponden
a un estilo surrealista, el cual se basa en el Primer Manifiesto Surrealista
que escribió André Bretón en 1924, en donde expone una postura a favor de la
irracionalidad. Con base en él, Dalí postula lo que denomina automatismo
psíquico, un dictado y ejecución del inconsciente sin la intervención
reguladora de la razón. Esto, a su vez, está directamente relacionado con las
teorías psicoanalíticas de Sigmund Freud.
El surrealismo es un movimiento que surge en el periodo de
la primera posguerra, como reacción de inconformidad ante actos bélicos, así
como disgusto hacia la sociedad burguesa y materialista. En opinión de los
surrealistas, la elevada importancia que se le daba a la ciencia y a la
tecnología, fueron consecuencias de la guerra. Una de las aportaciones más
importantes de Dalí, dentro del círculo surrealista, fue la creación del Método
paranoico-crítico: búsqueda de opuestos que se complementan de manera
espontánea e irracional. Freud definió el concepto de Inconsciente y Bretón
tradujo la concepción en un método artístico-literario.
Entre sus esculturas destacamos:
Mujer jirafa (1973)
Realizada en Bronce con pátina café y negra
Ángel triunfante (1976)
El
ángel triunfante de Dalí es un tema religioso pero con nuevo significado una
vez se incluye en su obra. Para Dalí, son una expresión poética del mundo de
los sueños y la fantasía, que alcanzan a otros a través de su música.
Perseo, homenaje a Benvenuto Cellini (1976)
Expuesta en la Loggia dei Lanzi, un histórico pórtico de
Florencia, la escultura representa a Perseo de pie sobre el cuerpo de Medusa;
apenas la acaba de decapitar con la espada que empuña con la mano derecha,
mientras que con la mano izquierda sostiene triunfante la cabeza del monstruo
tomada por su cabellera.
Alicia en el país de las maravillas (1977)
La versión de Dalí de la Alicia de Lewis Carroll, data de
1969. En opinión del artista catalán, la esencia de Alicia es su carácter
lúdico; así, la representa saltando la cuerda, juego que indica los cambios de
conciencia, en el sentido de ciclos o estados mentales que se alteran, a cada
vuelta de soga. Alicia, en opinión de Dalí, variaba su condición mental no
literalmente al dormirse y soñar sino con lo que dicho proceso implica: jugar
en absoluta libertad con los fragmentos de la conciencia alerta, despierta.
Homenaje a Terpsícore, la musa de la danza (1977)
Terpíscore es representada por Dalí en dos vertientes. Suave
en su representación carnal se enfrenta a la dura de metal, en este juego de
tradición versus modernidad tan característica de Dali. Terpíscore cubista
representa el caos y ritmo de la vida moderna, mientras que su opuesto es
armonía interna.
Newton surrealista (1977)
En bronce dorado con pátina verde y negra, es una crítica extraña a Newton. Su
descubrimiento de la gravitación universal se simboliza con la esfera colgante,
pero al tiempo se le vacía de contenido al Newton individual con dos agujeros
que muestran la ausencia de sus órganos vitales y la del contenido de su mente.
Perfil del tiempo (1977)
Perfil de tiempo es una impactante escultura en bronce que
vimos en Espacio Dalí en el barrio parisino de Montmartre. El tiempo en su
visión fugaz y relativa nos lleva a detenernos y reconsiderar el concepto del
tiempo cronológico. Y de algún modo nos invita a sentir que esta dinámica
constante se refleja en nuestra vida.
Caballo montado por el tiempo (1980)
Bronce dorado con patína café, es un caballo con un reloj
derretido en su lomo.
El elefante espacial (1980)
El elefante del espacio es un símbolo que esta escultura
aisla de su contexto original, en la pintura La tentación de San Antonio
(imagen de portada). El contraste entre la robustez del elefante con su
aparente lividez y de la estructura con la falta de peso es un símbolo del
vuelo de la imaginación hacia un paraíso surrealista.
La mujer en llamas (1980)
Es la escultura de una mujer con cajones. En los simbolismos
del pintor catalán, los cajones representan los secretos de las mujeres, es decir,
sus deseos sexuales. La idea de la sexualidad oculta de las mujeres es de Freud
y Dalí estampa muchas ideas del psicoanalista en sus obras.
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