Nació
en Barcelona (1876-1942). Allí se formó en la Escuela de Bellas Artes y trabajó
en el taller de orfebrería de su familia junto a su hermano Joan. Asistió al
Círculo Artístico de San Lluc y frecuentó el café Els Cuatre Gats. Sus primeras
incursiones artísticas se encuadran en la estética modernista, se tratan de
pequeñas piezas de orfebrería trabajadas en el taller familiar.
En
1900, tras el cierre del taller de su familia, se trasladó a París junto a su
hermano Joan y entró en contacto con Picasso, Juan Gris y Pablo Gargallo. La
temprana muerte de Joan, en 1908, a quien estaba muy unido, lo llevó a una gran
depresión y a un estado de introversión que limitaron su producción a la
pintura y su círculo de amistades a Picasso y Brancusi.
Durante
los años de la Primera Guerra Mundial (1916-1917), trabajó en la factoría de la
"Soldadura Autógena Francesa". En 1927, cuando decidió dedicarse
completamente a la escultura, aprovechó sus conocimientos de orfebrería y la
técnica de la soldadura autógena para entregarse plenamente al hierro. Fue
entre 1928 y 1932 cuando empezó a trabajar el hierro como material artístico.
En esos años colaboró con Picasso en
el monumento a Apollinaire
y en la escultura Femme au jardín.
Sus
primeras creaciones, máscaras y naturalezas muertas en lámina de hierro, dejan
ver cierto componente cubista, pero desde 1928 irá caminando hacia la
abstracción, aunque siempre se inspiró en el estudio de la naturaleza,
conservando algunas referencias. Algunos de sus ejemplos de ese paso hacia la
abstracción son sus obras: Mujer
peinándose, Mujer con cesto, Figura de pie y Maternidad.
La
década de los años treinta es el momento de esplendor de González. Se limita al
empleo de planos esenciales, de líneas de fuerza y de los elementos más
significativos, intentando unir la materia y el espacio, es decir, intentando
proyectar en el espacio.
En
esta década lleva a cabo su obra culmen, que es Mujer ante el espejo, considerada como la obra capital de la escultura moderna.
Sus grandes dimensiones y su gran complejidad conceptual y formal la convierten
en su obra más ambiciosa. La imagen de una mujer reflejándose en el espejo se
vislumbra entre formas reordenadas de forma muy personal. Para esta escultura
utilizó la técnica de la soldadura autógena. Todo realizado a partir de piezas
diferentes que va uniendo para construir planos y volúmenes, y siempre
incorporando el vacío con el propósito de unir espacio y materia.
El
escultor nos presenta un personaje anónimo, más como un símbolo que como un
verdadero retrato en el que se busca, fundamentalmente, la expresión de una
idea: el sufrimiento, el dolor de toda una guerra. El material
utilizado es el bronce, en ciertas zonas pulido.
Sus obras se encuentran en diferentes museos, como Museu Nacional d'Art de Catalunya de Barcelona, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, el Centro Georges Pompiduo de París o el IVAM (Instituto Valenciano de Arte Moderno de Valencia), que ha dedicado un espacio específico, el Centro Julio González, al escultor catalán a partir de la donación de sus obras efectuada por sus herederas Carmen Martínez y Viviane Grimminger.
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